martes, 30 de marzo de 2010

100 años de comic



¡¡¡Curutipepu!!!
-¡Rayos!, el teléfono secreto.
-¡Mortadelo, cógelo!
-¡Voy!
-Dice que vayamos.
-¡Ah, ya están aquí! Miren, hay superhéroes que quieren matarnos. El primero que tienen que eliminar es Spiderman.
-Mírelo, allí está colgado.
-Quite, quite, ya verá como lo mato con mi disfraz de águila culebrera. ¡Eh, tú!
PlAFFF.
-Veo que no se le da muy bien el cielo, ¿eh?, pues yo le dispararé una bala.
-¡Cayó, cayó!
-¡Muy bien, señor Filemón! Y el siguiente es Batman.
-¡Mírelo! ¿Qué hace en la T.I.A.?
-Pues otra bala.
PUM, PUM, PUM, PUM, PUM, PUM.
-Nada, que no cae ni con seis balas.
PUM.
-Ya cae.
-Muy bien, señor Mortadelo.

martes, 23 de marzo de 2010

Silencio, se rueda


-Quééé, grfgst, esto no puede seguir así, a este paso los rodajes nadarán a China. ¡Mortadelo, Filemón!
-Hola, señor super, aquí nos tiene.
-Los rodajes está muy mal, están intentando cortarlos. Tengan la lista de qué va cada rodaje y qué hay.
-Bueno, vamos a ver. Los primeros son los monstruos. Está Frankestein, Drácula y la momia.
-Vaya estará en el castillo.
-Eso es. Bueno vamos al Frankestein ese. Mira, allí lo están disfrazando.
-Buenas, ¿vienen a actuar?
-¿Que si venimos a actuar? Ni hablar, somos agentes de la T.I.A.
-Pues prepárenlo.
-¿Qué hacen echándole gasolina?
-Bueno, ¿no dijo que lo preparáramos?
-Grrr, me refería a entrenarlo, corcho.
-Ah, bueno.
-Ahí tienen a Drácula, ya saben lo que es prepararlo, pues venga.
-Primero salta por la ventana, pero le hemos puesto algo debajo.
-Ahhhh, me han puesto gasolina y se me ha metido en la nariz y como me malgasten la momia, se enteran.
-Jo,¿es que quería que le pusiéramos un cocodrilo?
-Y ahora aquí tienen la lista de lo que tienen que hacer. Le tenían que echar gusanos y lombrices, no escorpiones y tarántulas.

domingo, 21 de marzo de 2010

Un marciano ha perdido el platillo




Érase una vez un marciano que invadió la tierra, pero no se acordaba dónde había dejado el platillo volante para volver a Marte, aunque sólo había estado en Ourense y era fácil encontrarlo. Pero lo peor era que Ourense era grandísima y había estado en toda la ciudad. Después de haberlo buscado un tiempo, de repente le dijo un señor que pasaba por allí:

-Tú eres de otro planeta, ¿verdad?

-Sí, le dijo el marciano, estoy buscando mi platillo.

Se pasaron un rato hablando y finalmente dijo el hombre:

-Creo que sé dónde puede estar, a la tienda de vehículos.

Y allí lo encontraron, y el marciano se marchó muy contento.