Érase una vez un marciano que invadió la tierra, pero no se acordaba dónde había dejado el platillo volante para volver a Marte, aunque sólo había estado en Ourense y era fácil encontrarlo. Pero lo peor era que Ourense era grandísima y había estado en toda la ciudad. Después de haberlo buscado un tiempo, de repente le dijo un señor que pasaba por allí:
-Tú eres de otro planeta, ¿verdad?
-Sí, le dijo el marciano, estoy buscando mi platillo.
Se pasaron un rato hablando y finalmente dijo el hombre:
-Creo que sé dónde puede estar, a la tienda de vehículos.
Y allí lo encontraron, y el marciano se marchó muy contento.
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